Entre la memoria y el olvido se encuentran hoy las casonas republicanas, teatros restaurados y templos coloniales en Bucaramanga y el área metropolitana. Este patrimonio arquitectónico lucha por mantenerse vigente ante el abandono, la presión inmobiliaria y la falta de sentido de pertenencia ciudadana.
Las calles de Bucaramanga y su área circundante, son historia viva de cultura y religiosidad; eso se refleja en sus edificaciones patrimoniales. Desde la Basílica del Señor de los Milagros, en Girón, hasta el imponente Teatro Santander, en pleno centro de la capital santandereana, cada construcción guarda un fragmento de memoria. Casas históricas como la del Libertador Simón Bolívar relatan la historia de una ciudad que, aunque crece rápido, enfrenta la necesidad de preservar su identidad.
El historiador y magíster en historia, Sergio Acosta Lozano, afirma que el patrimonio arquitectónico es la materialización de la memoria de nuestros antepasados.
“En sus muros permanecen las ideas, valores y aspiraciones de las épocas en que fueron construidos, transmitiendo mensajes que reflejan la identidad de la región. Estos lugares se han mantenido gracias a personas y entidades que los han protegido, pero se hace urgente que la ciudadanía asuma un rol más activo: visitándolos, exigiendo su cuidado y valorándolos como parte fundamental de la historia colectiva. para evitar el abandono que las ha caracterizado en momentos históricos”.

Un claro ejemplo de esta lucha constante es el Teatro Santander. Este escenario ejemplo de cultura en la ciudad, fue construido en los años veinte y su actual remodelación se extendió por 10 años. Según datos del Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Bucaramanga, sigue siendo un reto para la ciudad mantenerlo activo y valorado. En palabras del historiador, “sin uso activo por parte de la comunidad, estos espacios pueden volver a caer en riesgo de pérdida”.
Por otro lado, el Centro Cultural del Oriente, también vive su propio calvario. Éste es un lugar que guarda la historia de la ciudad ya que, en sus inicios, funcionó allí el Colegio San Pedro Claver; más adelante, el Colegio Santander de varones y el Colegio de Nuestra Señora del Pilar. Hoy, este lugar aún conserva su arquitectura republicana.
Víctor Suárez, director cultural del Centro, comenta que esta construcción fue declarada Bien de Interés Cultural de la Nación desde 1995 y que funciona como corporación sin ánimo de lucro completamente autosostenible, albergando entre 1.800 y 2.200 estudiantes semestralmente a través de la Escuela Municipal de Artes. “El sentido de pertenencia del bumangués por esta casona patrimonial es mínimo. Eso sí lo lamentamos”, reconoce Suárez, quien también destaca los retos de seguridad que enfrentan por el contexto social que existe a sus alrededores.
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Otro ejemplo del patrimonio que destaca en el área metropolitana de Bucaramanga es la arquitectura religiosa; la cual atrae a muchos turistas.
En Girón, la Basílica del Señor de los Milagros sigue siendo referente de esta categoría turística. Sin embargo, Sergio Acosta señala que “en los últimos años, con la serie de intervenciones realizadas justo en frente de esta estructura, así como en sus alrededores, le hizo perder un valor histórico importante, ya que dejaron de utilizar la piedra tradicional gironesa: la piedra de río, e introdujeron piedra Barichara que desconoce totalmente el contexto y la historia del municipio”.

En Bucaramanga, la Catedral de la Sagrada Familia, es considerada uno de los lugares más distintivos de la ciudad gracias a su arquitectura e historia; además, refleja los ideales de una capital que anhelaba el progreso constante. Su construcción duró alrededor de treinta años.
En la arquitectura regional, también sobresale el Museo de Arte Moderno, un inmueble de inicios del siglo XX que evoca la época de comerciantes asentados en esta zona del país. Santiago Rivero Bolaño, ingeniero civil y especialista en construcción con tierra, miembro del Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Bucaramanga del Grupo de Patrimonio, explica que en la región predomina inicialmente la arquitectura colonial con construcciones de tapia pisada, seguida por el estilo republicano de la segunda mitad del siglo XIX, caracterizado por frontis decorados con elementos neoclásicos.
Este experto agrega que uno de los riesgos que enfrenta el patrimonio arquitectónico local es “la falta de conocimiento de los profesionales involucrados en todo el tema de la gestión del patrimonio”.
La Gobernación de Santander ha asignado más de 400 millones de pesos a iniciativas relacionadas con el patrimonio cultural, y el Ministerio de Cultura, por su parte, ha reconocido al Teatro Santander y al Centro Cultural del Oriente entre los Bienes de Interés Cultural de la Nación. Pero, en palabras de los expertos, la inversión debe ir acompañara de la educación ciudadana y el reconocimiento del valor cultural; dado que éstos son fundamentales para proteger el patrimonio arquitectónico de Santander.