Cada día se presentan casos de violencia sexual en todo el país, según el Ministerio de Salud y Protección Social, por cada 100.000 habitantes del departamento, sumando hombres y mujeres, se registran 223 casos de violencia intrafamiliar y sexual, contra el género femenino.
El NSVRC (National Sexual Violence Resource Center), una organización multinacional dedicada al análisis y prevención de la violencia de género contra la mujer, reporta que una de cada cinco mujeres y uno de cada 71 hombres, están propensos a ser víctimas del acoso sexual en algún punto de sus vidas. Los espacios más comunes son: ambientes laborales, cotidianos, privados e incluso educativos.
En nuestro departamento, la Universidad de Santander (UDES) y la Universidad Industrial de Santander (UIS) han ejecutado acciones concretas a partir de decretos institucionales con los que pretenden la prevención y erradicación de este fenómeno al interior de sus campus.
La UIS cuenta con la resolución N° 094 de enero 20 de 2023, la cual, ante cualquier evidencia o reporte de violencia de género, ya sea un acto violento físico, psicológico o económico, la institución pueda intervenir y aplicar sanciones hacia el agresor de tipo administrativo, como la desvinculación inmediata, ya sea un estudiante, docente o administrativo; así como también, tomar acciones que permita la ley nacional vigente.

Consultamos a dos estudiantes de esta institución, a las cuales les cambiaremos sus nombres por solicitud expresa, sobre el conocimiento del protocolo establecido y, estas fueron sus opiniones: “nunca he tenido problemas del estilo, la verdad siempre me he mantenido fuera de esa clase de peligros” afirma Marcela estudiante de Ingeniería Civil. Diana, estudiante de Ingeniería de Sistemas, agrega: “desconocía el decreto que se había creado, pero considero que es algo excelente para el ambiente estudiantil, pero gracias a Dios nunca he tenido que usarlo”.
Por su parte, la UDES emitió en el año 2016, la resolución N° 017, con la cual establece el protocolo de atención ante cualquier reporte de violencia de género. Además, también establece la promoción de espacios de atención psicológica y espacios de reflexión sobre este fenómeno. Las dependencias a las que los estudiantes, administrativos y docentes pueden acudir son: Bienestar Institucional y Atención al Estudiante.

A pesar de llevar llevar nueve años de vigencia este protocolo, aún hay estudiantes que lo desconocen. Es el caso de Mariana, estudiante de Bacteriología, quien cuenta que estando en una de las zonas de alimentación vivió un caso de lo que ella considera acoso. “Pues una vez estaba almorzando sola, y de un momento a otro un man empieza a hablarme, la verdad respondí por cortesía, pero siguió y siguió, aparte de todo empezó a seguirme, a preguntarme cosas de mí, y al final le dije que se fuera, pero siguió intenso, diciéndome de todo como se puede imaginar”
Otra estudiante, en este caso del programa de Administración de Empresas, afirmó haberse sentido observada, de manera incómoda durante todo un día de clases. Al poder identificar al hombre, ella acudió a un guardia de seguridad para que interviniera.
La recomendación que hacen las instituciones de educación superior, es a reportar este tipo de situaciones, cumpliendo con los protocolos debidamente establecidos, para así poder ejecutar una adecuada atención ante cualquier tipo de violencia de género.