El K-Pop, conocido como el pop coreano, pertenece a un género musical popular de Corea del Sur pero que, con el pasar de los días, así como la actualización y el acercamiento de la inmediatez que tiene el Internet, los aparatos tecnológicos y las plataformas, lo llevan a estar más cerca de gran parte de las personas, a interactuar e incluso se incorporan en la actividad diaria.
Pero, ¿a qué se debe la influencia del K-Pop en Colombia? Pues es por medio de la globalización, entendida como las transformaciones constantes de la vida humana, en ámbitos económicos, políticos, sociales, legales, tecnológicos y culturales. De esa manera, es posible analizar más detalladamente que, la globalización ha permitido de que en Colombia se incluya una cultura asiática, donde los jóvenes visten con modas muy parecidas a los artistas, incluyendo en su comunicación expresiones propias de ellos, consumen su música gran parte de su tiempo, algunas veces no entienden el idioma, pero se esfuerzan por aprenderlo, interpretarlo y ser parte de los fanáticos. Si la globalización no permitiera el libre consumo de la música de un continente a otro, estaríamos cerrados a una sola cultura.
La inclusión de la música coreana en Colombia no es mala, por el contrario, considero que nos permite explorar y conocer nuevos géneros para atraer gustos distintos al propio. De hecho, la adaptación de una nueva cultura puede empezar por la música que escuchamos, brindándonos la posibilidad de ser un mundo más diverso desde los gustos particulares sin tener que afectar a los demás, sino desde el ejercicio mismo de nuestro derecho a la libre expresión, sintiéndonos autónomos de lo que traemos a nuestra vida diaria, como vivimos y mi manera espontánea de ser lo que soy sin seguir estereotipos que me moldean a una sola sociedad.
En ese sentido, la globalización de la música y la cultura del K-Pop permite directamente ese libre consumo según la preferencia, da la libertad de seguir lo que personalmente me gusta sin estar en el marco de las obligaciones sociales, la inclusión de otra cultura no debería ser vista como una amenaza a lo que ya existe sino la oportunidad de interactuar, analizar y comprender la diversidad que me rodea.
De acuerdo con un estudio realizado por Spotify en Colombia en el año 2020, desde el 2014 que fue el primer lanzamiento de una playlist del K-Pop hasta el 2020 las reproducciones en esta plataforma musical aumentaron más del 1.800% y esa misma lista de reproducción tiene más de 2.4 millones de seguidores. Ese estudio comprueba que, si hay una aceptación y un nuevo gusto musical que se adquiere partir de la globalización, donde permiten libremente escuchar algo que está literalmente al otro lado del mundo.
La tecnología se incorpora en la música y es un factor importante al proceso de transformaciones, pues los desarrollos y avances constantes de estas mismas posibilitan el rápido consumo de lo que esta subido en Internet en cuestiones de segundos desde cualquier parte del mundo; en este caso, el K-Pop mueve a sus seguidores a través del mundo mediático y las redes sociales, de manera que vayan creando un fenómeno musical y cultural por todo el mundo.
Incluir y conocer otra cultura es buena, con eso no quiere decir que se va a perder la idiosincrasia, por el contrario, nos lleva a entender el mundo y lo que sucede desde diferentes perspectivas, no ha juzgar desde mi posición, sino entender los fenómenos que se presentan constantemente, nos forma como mejores personas integrales y capaces de realizar un análisis amplio de cualquier situación, porque a eso nos lleva los pensamientos estudiados, a entender que no todos somos iguales, no pensamos ni actuamos con los mismos comportamientos y acciones sociales que van detrás de cada persona que es auténtica.
Como resultado, la globalización va creciendo en las culturas musicales que van emergiendo, pero cabe aclarar que, el hecho de incluir un gusto musical en nuestra cultura colombiana, no es con el objetivo de imponer una sola traída del exterior. Por esa circunstancia puedo defender que, la inclusión del K-Pop en Colombia no cierra una cultura, no debe existir el temor de que las costumbres y tradiciones propias se vayan a perder por algo que no nos pertenece, sino que me acerca socialmente a lo que estoy distanciada por millones de kilómetros.