La inseguridad se ha convertido en el pan de cada día en Santander, según cifras aportadas por el Observatorio de la Policía Nacional a diferencia del año 2021 incremento en el año 2022 en un 41,8% y en lo corrido del primer semestre de 2023 su aumento ha sido de 48,5 %. Los ciudadanos están cada vez más preocupados por la creciente ola de delitos que se están registrando en la región. El hurto a mano armada, los asaltos en las calles y los atracos a los establecimientos comerciales son algunos de los delitos más comunes que se están registrando en la zona.
Las autoridades locales han implementado varias medidas para tratar de combatir la delincuencia, como la instalación de cámaras de seguridad en las zonas más conflictivas y el aumento de patrullas policiales en las calles. Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes para detener este flagelo que afecta la región.
Por su parte la Defensoría del Pueblo genera alertas al gobierno nacional para que se evalué la situación y se formulen políticas públicas en seguridad, que permitan contrarrestar las acciones delictivas que generan pánico y constante preocupación en la población.
La ciudadanía exige a sus gobernantes que se tomen medidas contundentes para combatir la delincuencia, garantizar la paz y la tranquilidad en la región. Es necesario que se fortalezcan las instituciones encargadas de la seguridad ciudadana, especialmente aumentando el número de policías y una mayor inversión en programas sociales para prevenir la incursión de los jóvenes en la delincuencia.
La inseguridad es un problema cada vez más grave en el departamento y es necesario que se tomen medidas urgentes para combatirlo. Los ciudadanos tienen derecho a vivir en un ambiente seguro y tranquilo, y las autoridades tienen la responsabilidad de garantizar la convivencia y seguridad ciudadana.